Hay cosas que nunca hacemos. Cosas de las que luego nos arrepentimos por no hacerlas. Y es que siempre se dice que es mejor arrepentirse de lo hecho que de lo quedo por hacer, pero aun así tenemos arrepentimientos, con muchas caras, con nombres y apellidos a veces, con imagenes ligadas que jamás olvidarás, y es que arrepentimiento es muchas cosas. Arrepentimiento es ese te quiero que no le dijiste al chico de tus sueños. Es esa chica que dejaste machar. Ese beso que se quedo por dar. Ese avión que siempre deseaste coger hacia Las Vegas, la Antártida, Australia, Amsterdam, el fin del Mundo, pero tu miedo a volar te impidió cumplir ese sueño. Es esa persona que viste un día en el tren y por vergüenza no le quisiste hablar. Es todas esas cosas que juraste hacer antes de morir. Es esa sonrisa que no le regalaste y esas palabras que no le dijiste antes de que se fuera. Es ese tren que dejaste por coger y esa película que no fuiste a ver. Es esa lista de cosas por hacer y ese vestido que nunca te pusiste. Es el tiempo que perdiste y aun intentas olvidarlo. Es todas las cosas que dejaste a medio hacer, tirando la toalla sin luchar. Es todo el dinero que estás ahorrando para comprarte algo que en dos meses ya no querrás. Es todos los minutos que te sientas en un banco a mirar la vida pasar. Son los sueños que no cumpliste por el miedo a intentar. Es el pasado que estás soñando cambiar.
Yo me arrepiento, ¿y tú? Yo sé que hay mil cosas que debería haber hecho ya pero mi personalidad poco impulsiva me a impedido hacer todo lo que quisiera. Os propongo algo. Poner musica y dejarla sonar. ¿La escucháis ya? Bueno pues ahora dejaros llevar, porque la vida puede ser tan fácil como poner música y bailar.
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