-Te quiero.
+ Cuanta mentira junta en tan pocas palabras. Solo ocho letras, pero las ocho letras más mentirosas que me podías decir. ¿Qué lo dices en serio? Já, esa me la sé, me quieres hasta que consigues lo que quieres. ¿Te crees que no sé que soy de esas chicas a las que besarías y con el pretexto de ir a por algo de beber te largarías y no te volvería a ver? Lo tengo asumido, no hace falta que intentes hacerme creer que tú eres diferente: somos jóvenes, nadie espera encontrar al amor de su vida. Quizá yo sí, pero ese es un tema del que es mejor que hablemos otro día. Otro día en el que a nadie le dé por convencerme de que alberga unos sentimientos falsos. No hace falta que me llames preciosa, ni que me hagas sentir como una princesa para conseguirme. Ten claro que solo tendrás lo que quieres si yo decido que quiero dártelo. No te hagas el chulo diciendo que tienes el control, porque dos no pelean si uno no quiere y con los besos pasa lo mismo. ¿Qué si no te lo doy me lo robarás? Ya claro y crees que conmigo podrás. Lo siento pero no, tengo principios, en algunas ocasiones poco firmes, ocasiones de las que no me arrepiento simplemente porque en ese momento consideré que era mejor comérmelos; pero en otras son duros como rocas, y sé por la repulsión que tus dos palabras me provocan que contigo serán más como la piedra que nunca. No me mientas diciéndome que me aprecias, simplemente cómeme la boca y lárgate ya. No quiero ni tu compasión ni tus ganas de hablar. Quiero que hagas lo que has venido a hacer sin mentiras ni tapujos. No me digas te quiero ni te amo, dime a caso que me deseas o, si en realidad ni llego a eso, llámame capricho. Hazlo, no más reproches, no diré nada, estoy cansada de buscar un cuento, quiero placer inmediato, el largo plazo me da igual, queda muy lejos, ¿No crees? Sé que te sorprende mi reacción, yo antes no era así y tú que me conocías desde hace un tiempo lo sabes; pero es que hace poco me dí tal ostia contra la pared que ya por fin aprendí donde estaba, así que ahora vuelvo atrás antes de chocar. Hazlo, cómeme, sin remordimientos ni llamadas del día después, hazlo antes de que me dé por cambiar de opinión de nuevo.
No sé en que momento, en que lugar del tiempo, me dio por probar si esto dolía de verdad.
I wanna die since you go out of my mind. |
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