sábado, 14 de diciembre de 2013

Ángel(V).

Tengo un ángel
La vida puede acabarse en una semana. Sin avisar. De repente. Disfrazada de normalidad y rutina la muerte llega poco a poco. Se cuela en los recovecos de un cuerpo que la acepta mientras otros muchos se rebelan contra ella. Tú pusiste resistencia, pero cuando llegó el momento te dejaste ir en la medida en que te dejaron. No sufrías por ti sino por nosotros. Nosotros queríamos que te quedaras mientras tú sabías que ese era el momento adecuado. Ya habías vivido lo justo y necesario. Ya habías dejado tu huella.
Tengo un ángel.
Pálido aunque con la expresión de siempre te has convertido en una imagen que refulge tras mis párpados. Fuiste lo que nosotros hicimos que fueras. Lo hicimos lo mejor que supimos. No se nos puede reprochar nada. Pongámonos una medalla. Te echaré de menos todo lo que un día te eché de más; es cierto, y , sin embargo, no nos arrepentiremos jamás de que nos dejaras vivirte ni de que tú nos vivieras a nosotros. 
Tengo un ángel.
Puede que no crea en el cielo, ni crea que hay una vida después de ésta para nadie, pero tú la tienes para mí. Si no en un mundo más allá, sí en mí. No me cansaré de prometerlo: viviré por los dos como he hecho siempre. Disfrutaré por mí y por mi ángel. Reiré por mí y por mi ángel. La muerte es parte de la vida, y a pesar de que a nadie le hace gracia pensarlo quien muere es al final quien menos sufre. Yo me quedo aquí y solo quiero hacerme una bola; tú te vas y por fin puedes disfrutar al cien por cien. 
Tengo un ángel.
Tengo un ángel, yo y muchas personas más, porque en ti caben todos igual que en casa. Porque tú eres de la familia. Porque tú eres del mundo. Tú eres un ángel, eres nuestro ángel, eres mi ángel.
Tengo un ángel.
Le quiero.

domingo, 8 de diciembre de 2013

When he´s gone.

Los ruidos de la vida pueden llegar a ser extremadamente artificiales en algunas ocasiones. Unas pocas máquinas, llenas de cables para conectar y luces para comunicar, constituyen la diferencia entre seguir el camino o despeñarse en el vacío. La muerte asusta y en esa habitación esta demasiado presente a los ojos. La muerte es blanca, al contrario de lo que dice la creencia popular. Se ha adaptado al nuevo tiempo y es más limpia que nunca. Marca horarios en los que puede acercarte a visitarla, se ha burocratizado. La muerte se hace presente en una sala en la cual un alma yace tumbada pero sin reposar. La vida lucha en forma de carne, de cuerpo, cárcel corrupta para muchos. Ella no lucha sola, tiene compañeros, camaradas, que no quieren ni plantearse la derrota. Yo soy una de ellos. La cercanía a ese cuerpo (que siempre será alma) me impulsa a acariciar aunque sé que las caricias nunca llegarán al alma. 

¿Cómo alguien tan frágil, tan fuera de este mundo, puede desestabilizar cin su falta a alguien tan metido en él? A través nuestro se consiguen las cosas más grandes. Él, pálido y dormido ahora, encendió -y enciende todavía- en mí lo mejor que tengo. Hay personas que forman parte de nosotros por derecho de conquista; a él no le hizo falta ni luchar. No importa lo lejos que esté, da igual que tenga mil cosas que hacer o que me rodee una muchedumbre, si en ella no está él yo no me encuentro completamente ahí.
Forever.
Es difícil valorarse más allá de lo que los demás piensan de ti. El monstruo de la sociedad tiende a cebarse con aquellos que más pequeños se sientes. Él jamás me ha juzgado. Nunca intentó cambiarme y aun así lo consiguió en mayor medida que nadie. He triunfado por el simple hecho de que él formara parte de mi vida. Él, tan imperfecto y roto, tan lejos del ideal de vida humana, es una pieza vital para mucha gente; un ser tan amado que debería levantar mil envidias entre todos esos que se creen felices por ser ricos, tener un coche, un armario lleno o un móvil de alta generación. Todos aquellos que creyeron que superar a los demás les daría el éxito que dirijan sus ojos hacia él para saber qué es conseguir el primer premio.
Sentada a su lado, queriendo ver una respuesta a mi contacto, me surgen mil dudas y mil certezas. Es irreal que él se encuentre allí, atado, más quieto que nunca; pero a la vez todo lo que me ha dado se hace más real y presente que nunca. Me ha dado un valor, y ahora sé que lo tengo, que aunque me hunda hasta el fondo y piense que estoy condenada a una vida de estancamiento, aunque me recluyan y me obliguen a un encierro eterno, no me voy a resignar a ser menos de lo que puedo ser, o a dar menos que eso. La lucha será dura, el camino nunca será fácil, lo sé, pero lo emprendo. La verdad siempre podrá hacerme daño, tanto a mí como a los demás. La verdad, los hechos, pueden llegar a destrozar una parte de mi vida tan importante como lo es él. Sin embargo, si esa parte se va yo voy a crear de las cenizas algo más grande aun. Voy a construir mi vida a partir de la de él. Voy a vivir por mí y por él. 


Voy a vivir para los demás con la suerte de saber que vivo en abundancia.

viernes, 29 de noviembre de 2013

New.


El cálido sol le despierta. Un día más, o un día menos, según como lo veas. Sin embargo, este parece distinto a todos esos que ya ha tachado, y realmente no le preocupan aquellos que anuncia el calendario. Este es especial. Los rayos del sol calientan su piel ahí donde antes solo había frío. Brilla el astro rey lejano, pero hoy parece que esta más cerca que nunca. Se reencarna en un nuevo ser: hoy quiere acompañarle. Lleva un tiempo queriendo hacerlo, pero su momento es ahora y no se hace una idea de lo que lo aprecia. Su piel blanca, de tanto tiempo alejado de él, disfruta de cada caricia. La somnolencia le hace olvidarse casi hasta de su nombre, aunque ella no teme esto, sabe que algo bueno está pasando. Nada es como antes. Muchas cosas han cambiado y a pesar de lo radical no siente vértigo. Se encuentra igual de suspendida que siempre, pero más segura del vuelo que nunca. El sol la acompaña y la calienta. No valen recuerdos. No valen experiencias pasadas. Su nuevo compañero no se parece en nada a los demás. Es grande. Creador de vida, el cual vela porque ésta se mantenga en el tiempo. Pasado, presente y futuro. La separación es más clara que nunca. La esperanza nunca había brillado tanto. Y es que ahora brilla y calienta. Ahora la ve. Ahora la siente. Ahora la vive.

***

La tarde estaba ya bien entrada y el frío comenzaba a adentrarse en sus huesos sin que pareciera importarle. La observación del horizonte le traía recuerdos de vidas que transcurrieron pasándole por encima, sin dejarse vivir realmente. Las había saboreado todas ella de manera atropellada, con todos y cada uno de sus "amores". Los había vivido deprisa y sin pausa, con abolición de preliminares y conquista, centrados en ombligos pasajeros por los que había resbalado su alma al vacío. En otros con componente menos físico tampoco le había ido mucho mejor. Siempre a la zaga de todos. La ingenua y buena a la que todos ven, incluso sin pretenderlo, como la víctima perfecta para su voraz hambre humana. Sin embargo, era ahora cuando se percataba de todas las bodas que había celebrado en las vegas y de sus mil bajadas de mirada. En ese momento era en el cual se daba cuenta de lo poco ella misma que se sentía cuando fijaba la vista en la caída del sol. Sentada, pero no fría a pesar de lo tarde en el día. Sentada, pero no triste a pesar de lo amargo de los recuerdos. No, ya no era como antes. La linea del horizonte hablaba del pasado ya pintado, pero el instante preciso en el que se hallaba contaba algo muy distinto. Había estado sola, dolida, fría, lejana. Había sido desconfiada, miedosa, insegura. Las cosas estaban cambiando. Los vientos se estaban tornando cálidos, agitados por unas manos que no pretendían dañarle, sino arroparle. Giro la vista para mirar el rostro que acompañaba a aquellos brazos.

- ¿Quien eres?
~ Ahora mismo soy exactamente lo que soy para ti.

Por una vez no tiene problema en creerle. Por una vez no tiene que desconfiar. Él la cubre de seguridad con cada gesto, cada palabra, cada detalle, cada expresión, cada sonrisa, y es que esas las tiene de todas las clases. Ella podría pasarse horas catalogándolas según lo que le transmiten para llegar a una sola conclusión: todas le dicen una misma cosa: sé tú, es tu turno. Así es, lo es. De verdad. Por fin ha aprendido a andar, a sujetarse sin los demás. Porque a él le necesita pero porque la mesa queda más bonita con un complemento, no porque a esta le falte una pata. No tiene ganas de caer de nuevo, va a regodearse en su suerte en lugar de en su mierda. Va a sacar del armario todo lo que le queda pequeño ya para llenarlo de prendas que le favorezcan.

Se pone de pie y él le mira con la admiración de un niño, expectante. Ella le devuelve la mirada, sorprendida de que un alma la conozca tan bien en tan poco tiempo.

- ¿Vienes?

La pregunta no necesita respuesta.

***

La luz trémula de la luna entraba por las ventanas dibujando las siluetas de dos cuerpos desnudos sobre la misma cama. Aquellas dos almas se juntaban hasta casi fundirse; no tanto por lo reducido del espacio, sino por el deseo de encontrarse realmente en tan íntimo contacto. La luz se había ido amoldando a sus estados de animo y ahora aquella que salía de la reina de la noche y sus doncellas encajaba a la perfección con la paz que habían alcanzado. El sintagma de tres letras sobre el que tanto se ha escrito les había llevado a ese perfecto momento en el que realmente se sentían vivos, distintos. ¿Cuantas veces había creído ser feliz? ¿Cuantas habían sido las que se había entregado a juegos que querían ser aquello? Ya no llevaba la cuenta, pero todas parecían estúpidas e insignificantes al lado de aquello. Se sentía grande, elevada, de vuelta a su castillo de nubes. Las palabras flotan en la atmósfera sin querer ser dichas, pero queriendo que se transmitan a beso limpio, con una caricia sutil, con una sonrisa a quemarropa. No queriendo ser pronunciadas pero naciendo de lo más hondo del pecho, aquel en el que laten al compás dos corazones que desean ser uno. Déjame conocerlo, saber de sus recovecos, amoldarme a sus cicatrices. Te doy mi ser, me das tu promesa. No te defraudaré y sé con esa certeza de la que solo me puede hacer dueña este éxtasis revelador que tú no lo harás. Por eso te doy mi ser: No es cuestión de formulas matemáticas perfectas, ni de reacciones químicas. Por eso te doy mi ser. Sin plan, con miedo, pero del que te hace soñar. Por eso te doy mi ser. 
Tómalo. Te doy mi ser.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Semáforos.

Esto se hace así. Esto otro debes mirarlo de esta forma. Aquello de allí debes juzgarlo de esta manera. Cuando oigas algo, tú hazle caso, no lo cuestiones. Sigue las líneas; respeta los semáforos. Quiere a los que los demás piensen que están a tu altura, y desprecia a todos aquellos que no son tú o que no te sirven para llegar más alto. Olvida lo que quieres o te apetece y cíñete al plan establecido para ti. Teme todo aquello que puedan pensar de ti. Vive con la sensación de estar vigilado. Creete que ellos hablan de ti cuando pasas y actúa en consecuencia. Si todos esos extraños piensan que eres de tal manera es porque lo eres, ¿no es así? Pues no. Todo esto es horrible. ¿Te has dado cuenta de a dónde nos han llevado todos estos años? Vendiendo nuestra vida en escaparates para que los demás entren dentro a comprarla. Todo por vivir aquí y no diez centímetros más abajo. Cada uno entra en un perfil, y si no encajas en ninguno desconciertas y eres un raro. Demasiado tal para ser esto, y demasiado pascual para ser de eso otro. Eres un cruce sin señalizar para todos aquellos acostumbrados a seguir siempre la misma línea recta sin rechistar. Jode que no todo sea como tú piensas, ¿eh? Al final siempre se odia al que hace lo que nosotros no somos capaces de hacer. Sin embargo, nadie te lo dirá. Todo serán secretos y rumores. Nada se dirá a la cara. Cuesta demasiado, hay que hacer el esfuerzo de salir de uno mismo. A veces hasta debes acercarte a esos parias que un día se saltaron ese semáforo que tú respetas religiosamente. Mejor callar. Mejor seguir tu camino sin pensar mucho en que en realidad es el suyo. Te vino dado. Tanto hablarte de libertad para luego tenerte bien controlado. Todos andando en una dirección y tú luchando por correr en la contraria. Así es imposible. Normal que duela. Normal que agobie. Normal que te canses. Normal que sigas la dirección.
Siempre quedará construir otra carretera.
Bah, demasiado fácil. Me quedo con ésta. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Keep on walking.

Me había vuelto tan pequeña. Hecha un ovillo ahí tirada donde me había dejado la vida. Ya no creía en mí, y si yo no lo hacía, ¿quién coño podría hacerlo? En aquel momento tenía la certeza de que si desaparecía todo seguiría igual. Sabía que si simplemente me dejaba morir allí nadie lloraría mi perdida ni me echaría en falta. No tenía fuerzas para levantarme. No las tenía ni para moverme siquiera. Mis brazos me parecían columnas inamovibles, y mis piernas estaban atadas a un cañón. Jamás saldría de aquel agujero. Jamás podría levantarme otra vez...
Pero entonces lo recordé. Te recordé. Fue como si viviera aquella ocasión de nuevo. Volví atrás en el tiempo y te tenía delante de mí.Tu cara a muy pocos centímetros de la mía y tus manos agarradas a mi cadera, para no dejarme marchar. Tu voz hablando bajito dentro de mi boca. Diciéndome que siga. Que ella me guiara hasta el final. Que esas manos que no me dejan en paz serán las que me sostengan. Que esos ojos que no se separan de los míos siempre estarán para vigilar que todo vaya bien.Y aunque ahora ya no esté todo eso junto a mí. Me levanto. 
No te guardo rencor por no estar ahí. Te aparte de mí. Justo después de que aquel testimonio llenara la habitación yo misma me encargué de que salieras de ella. Me daba vértigo pensar que alguien fuera a meterse en mis sombras. Nadie debería tener que luchar contra mis demonios, pero, joder, tú estabas dispuesto. La mera esperanza de que aun lo estés me hace levantarme. Voy a encontrarte. Voy a hacerlo y te voy a contar todo lo que me pasó desde que te fuiste. Voy a decirte lo mal que me fue sin ti y lo mucho que te eche de menos todos y cada uno de mis días. Voy a recordarme que es mejor así. Voy a recordarte que es mejor así. Tú junto a mí y yo muy cerca de ti. 
Por eso me levanto. Tomo aire. Recojo todas mis fuerzas. Miro adelante. Continuo. 

sábado, 7 de septiembre de 2013

Tú no.

Te quiero. Lo hago aunque no te lo diga, aunque creas que no soy capaz de demostrarlo. Te quiero. Lo hago pero no sé cuándo. No estoy segura de si vivo en este estado o si de vez en cuando me olvido de que existes. Te quiero. Lo hago sin saber dónde empecé a hacerlo ni dónde podré dejarlo. Eres como el tabaco que no fumo o la droga que no tomo. Eres ese momento en el que no fui capaz de negarme. Por eso te quiero sin saber cómo. No sé si te quiero como debo hacerlo o si todos tienen razón y simplemente no debería hacerlo. Después de todo, ¿qué has hecho para qué lo haga? No hiciste nada sin quererlo. Nadie te presiono para acercarte. Aun así te quiero. No me preguntes para qué. Si lo haces no habrá respuesta. Puede ser que te quiera para siempre. Puede ser que solo te quiera para pasar el rato, y me da miedo pensar que llegué el día en que no lo haga. Porque te quiero y lo hago sin comprenderlo. Pones el mundo del revés. Pones a todos a tus pies. Haces lo que a ti te apetece. No piensas en los demás. Y te quiero. No sé si matar o amar, pero te quiero. Aunque solo sea a ratos. Aunque se apague como si fuera mi fe. No soy de esas personas pastelosas que te lo repetirán a todas horas. Nunca te lo diré. No lo entenderías. Creerías que quiero atarme a tu cama para no salir jamás, y no es así, no sé si es así. No es un te quiero de película. Es algo que va más allá de dos horas. Es raro, como todo por aquí. No te lo puedo explicar y ahí tienes la razón de que no te lo diga. Solo lo escribo. Lo escribo porque lo pienso. Lo escribo porque hasta que no lo hago vive en mí. Lo escribo para no morir. Lo escribo porque creo que ya no te quiero. 
Ahora soy yo, no tú.
Mañana si eso vuelvo, ¿te parece?

lunes, 2 de septiembre de 2013

Sola.

Yo me quería. Me quería a ratos, más los jueves que los martes. Me quería mal, pero me quería aun así. Sin embargo, en un momento todo se arruinó. Lo mande todo a la mierda por un par de besos. Lo mande todo a la mierda por no saber guardar mi lugar. Lo mande todo a la mierda por...
Su pequeño mundo.
No, no, no. Esto no es lo que quería. No se ajustaba a lo que ella estaba esperando. Sí, era cierto que lo pensaba, pero no conseguía plasmarlo del modo que ella deseaba. ¿Hacía cuánto se había marchado? ¿Cuánto hacía que buscaba aquella fórmula perfecta? Ya no lo sabía. No sabía nada, y por eso él se había largado. Bueno, por eso y por todo lo demás. Mejor para ella, no le necesitaba. No necesitaba a nadie. Podía (sobre)vivir sola. Lo haría fenomenal. Encontraría todo lo que andaba buscando. 

Pausa.

¿A quién pretendía engañar? Era mejor para él en todo caso. Estaba mucho mejor lejos de todo aquello que metido hasta el cuello intentando salvarla a ella. Nunca llegó a saber que era todo aquello que lo arrastraba, pero lo había intuido, o ella se lo había hecho intuir empujándole fuera de allí. No lo entendería. Nadie lo hacía, y estaba empezando a pensar que no era algo que pudiera ser entendido por ellos. Eran sus fantasmas. ¿Quién entiende realmente las oscuridades del que tiene al lado? No hay que entenderlas. No. Hay que saber que están ahí y plantarse delante de ellas. Hay que mirarlas directamente a la cara y gritarles para que se alejen de esa persona que te importa. Ella no podrá quitárselas de encima, ni querrá que te atrapen a ti también, pero aunque no sepas como hacer que se vayan no importa. Prueba y error. Lo suyo era lo segundo. Uno tras otro. Parecía una adicta a ellos. Encerrada en aquel circulo del desastre se había hundido en toda aquella mierda. Estaba sola. Más sola que la una. Sola y herida. Y escocía, que nada funcionara escocía. Quería meterse en un agujero. Meterse para quedarse allí y no salir jamás...

And without results.
Pausa.

Querer no es poder, así que solo quedaba salir de allí. Salir y fingir que todo era maravilloso, que ella ya era feliz. Decirles a todos que la cosa va viento en popa aunque el punto nunca marque el final de esto. Enfundarse en su mejor ropa y usar ese estupendo maquillaje para salir a la calle a hacer mil y una cosas, todas ellas sin razón aparente para hacerlas. Al cuerno con las razones. ¿Por qué tenía que tenerla? No quería hacer las cosas porque hubiera que hacerlas, aunque le empezaba a asustar eso de hacerlas sin más. Que no haya razones para no hacer algo no significa que se deba hacer. Sin embargo, ahora da lo mismo. Arriba y abajo. Sin previo aviso y sin carta de recomendación seguiría enfrentándose a sus problemas. Ahogándolos a ratos. Queriéndose mal y a ratos también. Queriéndose sola.

domingo, 25 de agosto de 2013

Rota.

Date la vuelta. ¿La ves? Está ahí, mirándote pero sin verte. Rehuyendo tu mirada como si estuviera desnuda y le diera pudor. Puedes acercarte, puedes hablar con ella, puedes preguntarle cómo está. ¿Te imaginas su respuesta? Estoy bien, ¿y tú? Y con esas palabras te servirá la sonrisa más bonita que hayas visto nunca. Te quedarás con ella. Te hipnotizará con su bella curva. Ella te hará creerte todas y cada una de las mentiras que salgan de entre sus carnosos labios. Todos las creerán. Todos menos ella. Ella ya no se lo cree. Ella no ve lo que tu ves porque ella sabe toda la verdad, esa que duele, que le duele de verdad. Lleva ahí un tiempo y lo cierto es que se ha convertido en su bienestar. Ya no conoce otro estado. Ya no sabe de otra sonrisa. Y es que el secreto reside allí: en su boca. Con ella habla. Con ella susurra. Con ella seduce. Con ella besa. Con ella sonríe. Sin embargo, hace tiempo que no hace nada de verdad. Flota en el mundo. Tú la ves ahí en su esquina, y te da miedo que eche a volar. Hay algo en ella que te desconcierta. Por eso no te acercas en realidad. Por eso solo la miras desde lejos y sueñas con tenerla a milímetros. Es su sonrisa. No está bien: parece rota. Toda ella parece rota. Una muñeca bella, etérea, pero rota. No lo puede ocultar ya más. Sin embargo, no la puedes recomponer. No todavía. Déjale. Deja que ella decida quién será el que la ponga en su sitio. Deja que la sonrisa encante a la persona indicada. No busques comprenderle. No juegues a arreglarla. No vas a saber. Pasa de largo sin mirarla.
¿Sonríe? Miente.
Tú la ves, pero ella no quiere que lo hagas.

viernes, 23 de agosto de 2013

Vete.

¿Dónde?
~ Te irás, ¿verdad?

Él hacía como si no se hubiera percatado de su presencia, pero la había olido en cuanto su hermoso cuerpo había traspasado el umbral de aquella casa, su casa. A ella no le engañaba, sabía que no le había tomado por sorpresa. Así era él, nada podía sorprenderle, o casi nada, ella hubo un tiempo en el que pudo. Sin embargo, ella no se había esperado jamás aquel momento: se iba a ir. La iba a dejar en aquella casa. No se lo podía creer. Le había dado tanto. Había significado tanto...

- Te quiero, ¿sabes? Más de lo que he querido nunca a nadie. Creo que he llegado a amarte en muchas ocasiones.

~ Pero con el amor aterrizo el odio. Me quieres, pero a la vez te odias a ti mismo por hacerlo. Vete. Ya me has hecho feliz. Ya me has dado lo que necesitaba.

Él le miraba triste. Le abrazaba triste ahora que ella reposaba en sus piernas. Le acariciaba triste aquel rostro que él mismo había creado. Era una despedida. Todo su ser la temía, y todo él la deseaba a la vez que se resistía a ella.

~ Dice mucho de ti que te quedaras tanto tiempo. Ahora le amas más a ella. Ella te satisfará a ti como tú lo hiciste conmigo. Te dará aquello que tú necesitas. Vete.

- Me duele dejarte... Me ha costado mucho decidirme...

~Sin embargo la decisión está tomada, ¿o me equivoco? Sé que no, me lo dicen tus ojos. Siempre lo he visto todo en ellos. Todo el sufrimiento que te he hecho pasar. Todas las penas por las que lloraste en silencio tantos años. Ella tiene suerte, le amarás bien. Vete.

No parecía que fuera él el que se marchaba dejando atrás a su amor sola. Ella le rodeaba el cuello y lo mecía como para tranquilizarlo aunque ella era un hervidero de nervios, dudas y miedos también. Ella se estaba rompiendo. Ella se quedaba sola. Ella viviría sin su mayor apoyo durante todos esos años. Ella no sabía si iba a vivir sin él realmente. Ella no quería verle marchar, pero sabía que él si quería irse. Lo único que le había retenido era ella. Él solo deseaba que estuviera a salvo. Solo esperaba que nada se fuera al traste cuando él no estuviera. Ella solo le animaría a irse para que fuera feliz por una vez. Había madurado. Nunca se creyó capaz de dejarle ir, pero ahora lo hacía porque sabía que él se moría entre esas paredes.

- Tengo miedo de...

~ Tienes miedo de tantas cosas... No pasa nada. Vete. Puedes empezar una nueva etapa con ella. Tú y yo hemos estado juntos demasiado tiempo. Me has querido con todo tu ser, y yo con el mio aunque no lo creas. Vete. Con ella te irá mejor, sabrá amarte de la misma manera en que la vas a amar tú.Yo nunca supe hacerte feliz. Vives demasiado arriba. Vete antes de que caigas más abajo.

Sabía que ella tenía razón, pero le costaba dejar a su pequeña que ya no lo era tanto. Ella tenía claro que él debía marchar, que no podía echarse atrás ahora que ya había puesto el primer pie fuera de su cárcel. Por eso ella le empujaría. Se levanto de su regazo y le puso a él en pie. Parecía ella la maestra y él el aprendiz, cosa que era más que extraña.

~ Vete. Yo sobreviviré sin ti y tu vivirás feliz sin mí, pero si alguna vez quieres volver de nuevo, búscame, seré fácil de encontrar. 

Las facciones de él adoptaron una expresión más relajada y su cuerpo se elevó unos centímetros. Beso la frente de ella y se dio la vuelta. Conforme se alejaba su cuerpo se hacía más ligero y se elevaba más.Cuando soltó la mano de ella definitivamente todo el lastre que le ataba a aquel mundo se deshizo y él voló muy alto mientras ella se hundía cada vez una pizca más.
Él solo se hubiera quedado por ella.


jueves, 1 de agosto de 2013

7 dudas.

Stop it.
¡Eureka! Ya lo tengo. Sé lo que me pasa, o al menos eso creo. Sé porque huyo tan desesperadamente de los sentimientos. Comprendo porque parece que me sale un sarpullido si decido dar un paso más allá con alguien que me importa. Tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo. No quiero que nadie se lleve una parte de mi. De eso ya se encargo alguien antes. Me dejó tan vacía que ya no sé como llenarme. ¿Por qué no pruebas a buscar a alguien que te quiera de verdad? ¿Por qué no buscas un valiente que sepa como tratarte y no te quite vida? Porque no creo que lo haya. No creo que nadie sea tan valiente como para venir a por mí a muerte. Nadie se jugaría la vida por mí de esa manera. Habría que ser muy kamikaze. Por eso prefiero entregarme a cosas sin importancia, distracciones que me ayuden a olvidar que ya no puedo querer, o al menos que me da miedo hacerlo. La repetición me aterra. Los cobardes me asquean. ¿Cómo diferenciar a unos de otros? ¿Cómo fiarme si ya me han mentido tantas veces? Me he vuelto una cobarde en algunos aspectos. No quiero arriesgarme con alguien a quien quiera por si luego me chupa todo lo que me queda. Ya no puedo dar más si quiero vivir. Aun así, tampoco puedo estar sola. La soledad me come igual. No debería ser así, pero como ya he dicho soy una cobarde. El silencio me da miedo y la inactividad también. No quiero pensarlo demasiado. No quiero darme cuenta de lo que pasa. No quiero saber en que me he convertido. ¿Y si no me gusto? ¿Y si no le gusto a nadie? Me aterra. Me paraliza todos y cada uno de mis músculos. Quiero hacerme la fuerte y mostrar al mundo que me da igual, que estoy por encima, que si me tiras al suelo subiré una nube más arriba. Sin embargo, comienzo a flaquear. El cansancio y el desanimo pueden conmigo. Nunca creí que estaría aquí. Nunca pensé que tantas dudas acudirían a mí. ¿Qué me está pasando? ¿Qué se ha estropeado ahí adentro? No lo sé.
De una respuesta cien preguntas.

No happy ending.

Te jode hasta que respire. El mismo hecho de que mi corazón palpite te molesta. ¿Qué te he hecho? ¿Qué pasa por tu cabeza para odiar tanto a alguien que solo hace porque estés bien? No me lo digas. Ya no quiero saberlo. No me vale de nada intentar entenderte. Me voy a rendir. Me cuesta hacerlo. Jamás lo he hecho, pero tú y yo somos demasiado distintos. No buscamos lo mismo. Tú luchas por ver el sol cada mañana y yo sueño con serlo a todas horas. Al final tú mismo me has alejado de tu lado, y aunque me cueste admitirlo sé que no me echaras de menos. No vas a tardar nada en buscarme sustituta. Lo has hecho ya. Me jodió, no te voy a mentir, pero te lo agradezco. Mis ojos se han abierto por fin. Ahora veo claramente todo lo que pasaba ante mí, y te aseguro que incluso llega a repugnarme. No lo que yo llegué a sentir, de eso jamás me arrepentiré; es el como tú decidiste usarlo lo que no me gusta. Sin embargo, estoy cansada de reprochártelo todo, de intentar que te des cuenta de que en mí hay algo especial. Sabes que lo hay, solo que no has querido tomarlo. Ahora comprendo que mi decisión fue la acertada y ya no tengo miedo de que dentro de unos meses todo me parezca una pifia. No lo será nunca. He vivido en las nubes mucho tiempo intentando realizar mi cuento de hadas en el que tú eras mi príncipe azul; ya no lo haré más. A partir de hoy coloco los dos pies en el suelo. El amor idealizado es un asco y no estoy preparada para vivir mi historia real. No ha podido ser mi final feliz. Tú te vas por tu lado y yo por el mío, pero ya no estoy asustada. Antes tenía miedo de que no volvieras, ahora espero que no lo hagas. Antes deseaba que lo nuestro funcionara, ahora comprendo que nunca tuvimos nada. Antes quería que te fijaras en mí, aunque fuera para mal, ahora solo espero que tu atención se desvíe de mí. Seremos amigos, pero a mi modo, no al tuyo. Cumpliremos mi norma por una vez. O al menos lo haré yo. Ha llegado el final. No el feliz, pero si el aceptado. Creí que iba a doler, que te iba a odiar como nunca. No es así. Solo me sale estarte agradecida, aunque no más que a mí misma. Quizá ya no sea lo mismo. Quizá todo lo que hay aquí pierda sentido y en adelante se transforme. Será a mejor, seguro. Con una piedra menos mi corazón volará más alto. Saldré de todo esto que me ahoga. Gracias por este final.
Fly away.
Quedarán cicatrices, pero serán heridas de guerra. 

sábado, 8 de junio de 2013

Trying.

Pasan los días y sigo en las mismas. Sigo escuchando la misma música. Sigo hablando con la misma gente. Sigo comiendo lo que toca comer. Sigo volviendo a casa tras cada día. Sigue costándome dormir. Sigo pensando en ti. Sigo abrigándome en mil excusas. Sigo confusa. Sigo sin saber qué quiero. Sigo sin saber quién soy exactamente. Da igual cuanto piense o cuanto escriba. Da igual todo lo que intente hablar del tema, sigo pensando que todavía no he llegado al fondo. Sigo sin saber qué está conectado y qué no. Sigo sin poder comprender si se me humedecen los ojos porque sufro o porque ya se han acostumbrado a estar así. No entiendo nada de lo que pasa, pero lo intento. Intento comprender como pude llegar a ser la de antes. Intento buscarle sentido a esas canciones que nunca me habían dicho nada. Intento solucionar todas esas cosas que tengo que solucionar. Intento seguir adelante. Puede que nunca vuelva a ser como antes, pero, ¿cómo era? Ya casi no lo recuerdo. No sé cómo me mantuve en pie con tantas cosas dentro. No sé cómo pude ser algo que ahora no sé ser. Ya no puedo retroceder. Solo me queda saltar. Estoy al borde del precipicio y creo que he empezado a caer. La ingravidez me causa un malestar que a veces se hace difícil de soportar. Aún así, ahora soy ésto. Ésta soy yo, soy yo intentándolo. Soy yo queriendo ser alguien nuevo, encontrando otro camino. Es verdad que a veces pienso que estoy haciendo algo mal. Lo creo en serio. Sin embargo, me estoy acostumbrando a saber que no siempre voy a hacerlo todo bien. Me voy a equivocar cien veces, y tengo todo el derecho a hacerlo cien más. No importa lo que los demás crean si yo creo que eso es lo que necesito. Y aunque no esté segura, puedo probar. Puedo intentar todo lo que quiera. Puedo desechar tus mil proposiciones y aceptar las de otros. Puedo apartarme de la vida de quién quiera y entrar en la de quien me deje. Nadie me puede decir que no puedo ser feliz. Tengo derecho a serlo, y a serlo como yo quiera. No puedo entorpecer la vida de nadie, pero tampoco debo permitir que eso mismo me lo hagan a mí. Porque ésta soy ahora yo(creo), con mis miedos a estar sola y mis ganas de huir corriendo. Ésta soy yo intentándolo.
Keep on walking.

viernes, 31 de mayo de 2013

Get over.

Don´t let your past last.
Hola viejo amigo. Te resultará raro que te escriba ahora, después de todo, después de aquellas palabras, después de aquella decisión. Es comprensible, yo tampoco me veía escribiéndote esto, pero aquí estoy. No lo hago para decirte que te echo de menos, que quizás un poco; ni para pedirte que vuelvas, aunque me muera de ganas porque lo hagas. Lo hago para decirte que ya he comprendido que no eres mi única opción. Ya he visto que hay gente que me valora, gente que piensa que valgo más que un par de noches. He conocido gente que está dispuesta a luchar por mí, gente mucho mas valiente que tú. ¿Y sabes por lo único que a día de hoy te guardo rencor? Por eso, porque tú no supiste apostar por mí a pesar de mandarme señales de que te gustaría hacerlo. Me diste motivos para quererte pero no quisiste dejar que mis motivos te empujaran a dar un paso. Ese paso fue el que lo destruyó todo. No existió y fue por eso que yo te escribo esto desde la lejanía en lugar de decírtelo bien bajito al oído. Me jode que ni siquiera te duela un poco. Me jode que saltes de alegría al saber que me alejo. Me jode no ser capaz de dejarlo pasar. No quiero odiarte. No quiero huir de ti.Tengo que pasar mi luto. Todavía no puedo actuar como si no hubiera pasado nada. Puedo refugiarme en mil y uno más, y te aseguro que lo haré. No para joderte ni mucho menos. Solo quiero ser feliz. Me lo merezco, ¿no crees? Jamás te falle en nada, y ahora me doy cuenta. Siempre ando pensando que hago sufrir a la gente o que hago que se enfaden conmigo. Contigo ya tengo claro que jamás fue así. Siempre me porte bien. Estuve atenta. Estuve para ayudarte cuando me necesitaste. Soporte que me odiaras. Aguante que me ignoraras y luego te recibí de nuevo. He sido más amiga tuya que mucha de la gente a la que tú llamas eso. No pienses que lo hice solo por lo que sentía por ti. No fue así. Realmente me importas más allá de todo eso que me ahoga, sino no te escribiría esto. Ni me molestaría en pensar en ti ni en pararme a preguntarte qué tal te va. Pero lo hago. Muchos creen que no te superaré, que he perdido la cabeza y estoy completamente obsesionada contigo. Estoy de acuerdo en la última parte, pero en la primera disiento y mucho. Pasaré por encima de este bache. Tendré personas que me impulsaran a hacerlo. Puedes unirte a ellas o quedarte mirando como siempre haces. Ni me planteo que intentes un sabotaje. Eres demasiado cobarde para eso. Me ha costado darme cuenta, pero lo eres; y lo siento. ¿Sabes por qué? Porque no soporto a los cobardes. Los odiaré de por vida, aunque intentare no odiarte a ti. Intentaré superarte. Intentaré ser feliz de una vez. 
 

Adiós, nos vemos en el otro lado.

jueves, 30 de mayo de 2013

Bienvenidas.

¿Por qué esta sensación? ¿Por qué este ahogarme en una vida maravillosa? ¿Por qué no puedo ser tan fuerte yo como digo que deben serlo los demás? Ya es mucho tiempo sin escribir, ya es mucho tiempo en el que he creído que con hablar valía. Al final la verdad asoma su sucia cabeza: a mí no me vale con hablar. Las palabras fluyen mucho mejor si salen de mis manos. Salen sin esfuerzo, salen como si siempre hubiesen estado dispuestas. Dispuestas como yo a hacer bien, a calmar los nervios y  tranquilizar la mente de alguien. Ellas permiten analizarlo todo con perspectiva. Permiten tachar. Remarcar. Hacer bonito. Permiten hacer todo eso que la vida no me deja. Todas esas cosas que yo podría crear a partir de la vida de momento solo quedan bien sobre el papel. Las letras embellecen mi mundo. Las letras son algo que siempre nos rodea. Nos rodean cuando  pensamos en la persona amada, cuando reímos con un amigo, cuando tratamos de tomar las decisiones correctas. Están ahí en cada momento del día. Y yo hacia demasiado que no echaba mano de ellas. Hacia demasiado que no me sentaba en serio a valorarlas, a mimarlas, a darles realmente la forma que yo quiero que tengan. Pueden decir lo que quieran, pero creo que la palabra hablada esta sobrevalorada. Es más difícil romper promesas escritas que habladas, porque las primeras siempre quedarán ahí. Ninguna palabra sobre el papel me ha traicionado. Ninguna de ellas ha decidido un día que ya no me quería y se ha largado. Ninguna ha luchado por quedarse cuando debía marcharse. Ninguna ha podido ser malinterpretada sin que yo lo quisiera. Ninguna se ha quedado a medias al decir lo que se cuece en el interior. Cuando eres como yo las palabras son algo imprescindible, porque da igual cuanto cuentes con tu boca que tus manos siempre tendrán mil cosas mas que contar. Ellas siempre sabrán sacarte lo que nadie más pueda. Ellas serán las que te hagan llorar para desahogarte. Ellas serán las que te recuerden realmente como viviste cada momento. Porque llevaba mucho sin usarlas y las echaba de menos.

domingo, 28 de abril de 2013

Erase todas las veces.

Te aprovechas de mí. No te importa lo que pienso, no te importa lo que siento. No piensas para nada en mí (ni siquiera yo lo hago). Sabes que yo no puedo evitar quererte y por eso cualquier ocasión es buena a la hora de disfrutar. En realidad es mi culpa, y me enfada. Me siento impotente. Siento que por mucho que lo intente nunca conseguiré dar un paso fuera de tu circulo de influencia. Siento que si me buscas me encuentras. Siento que me ahogas. Siento que me invades. Siento que solo puedo sonreír aunque no me lo crea. Siento que me absorves. Siento que me comes por dentro. Siento demasiado; y ese es el problema, que sino me demuestras de verdad que esto no es nada yo seguiré creyendo en el rayo de la esperanza. Seguiré pensando que en el fondo me has dejado la puerta a tu corazón medio abierta por si quiero volver a pasarme. No es así. Ya no creo que sea así jamás. No si sigo comportándome como hasta ahora. ¿Quién va a querer a una chica que le da todo lo que le pide? La vida pierde emoción y no hay sitio para el amor. A fin de cuentas, ¿quién iba a elegirme a mí? Hay mil opciones mejores, opciones que no están llenas de agujeros; opciones que no se derrumban al mínimo roce; opciones que te harían sentir cien veces más que yo. Puede que también lo haga por esto. Puede que no sea solo que me estás destruyendo, sino que creo que te mereces algo mejor (NO). Puede ser por esto que quiero cortar de raíz. Somos amigos, ¿verdad? Sí, ¿por? Porque quiero que solo seamos eso. No quiero que me busques más, ni que te acerques a mí en otro sentido. Podrás hacerlo. Tú mismo te has encargado de dejar claro que no te gusto, que no estás enamorado, que no me quieres, que no buscas nada más que esto conmigo. Aquí está la razón: si no quieres los inconveniente, lo siento, pero tampoco tendrás las ventajas. Yo quiero el cien porque me merezco el cien. No a todas horas, pero si la mayor parte del tiempo. ¿Soy exigente? Puede ser, pero es porque sé que yo te daría todo y más. Que si hay que poner la carne en el asador, la pongo. Que si hay que lanzarse al vació, me lanzo. Puedo intentar olvidarte con mil y una noches de besos ajenos, que seguirán sin ser los míos. Los míos son los tuyos, los míos son los nuestros. Mi ser busca consuelo en cuerpos de pega sabiendo que al final del día serás tú el que venga a él. No lo puedo evitar, eso no, pero sí puedo dejarte claro que no quiero hundirme por ti. No lo quiero y no lo haré. Hemos llegado hasta aquí, no más lejos. 

Erase una vez no: erase todas las veces.

viernes, 5 de abril de 2013

You can choose.

Hasta aquí, no más.
Aunque duela.
Aunque cueste.
Aunque pienses que va a ser como siempre.
Aunque no confíes en mi fuerza de voluntad.
Voy a hacerlo.
Lo sé, he dicho esto mil y una veces, y tú secretamente confías en que lo diga mil y una más, pero no. Ahora soy yo, no eres tú ni mucho menos un nosotros. Porque si no hay un nosotros no habrá lo de siempre. No volveremos a encontrarnos en medio de la nada, ni jugaremos a escondernos del mundo, no mientras todo siga como hasta ahora. O amigos, o algo más, no este maldito termino medio que te has inventado. Porque es así, lo creaste tú, yo simplemente lo acepté, tan estúpida como siempre. Me convencí de que había sido algo pactado, hablado, pero ¿desde cuándo tú me pides mi opinión en algo? Desde nunca, y creo que es porque te da miedo que llegué a conocer la tuya. ¿Tienes miedo? La verdad es que creo que sí. No sé a qué, pero algo te asusta tanto que no eres capaz de avanzar. Lo siento, en serio que lo siento, lo siento en el fondo de mi alma, como lo he hecho siempre aun sin admitirlo, lo siento. Sin embargo, no va a haber más besos ni más experimentos. Los echaré de menos, te echaré de menos, pero me niego a seguir estando en medio de la calzada. Al final siempre me atropellan. O amigos, o algo más, nada de medias tintas. Estoy harta de andar por el medio. El camino es más difícil, y yo ya no puedo más si tú no me ayudas. Posiciónate en una de las dos aceras y tira de mí hacia ella. Puede que no me guste lo que elijas, que empiece a tirarte cosas a la cara diciéndote lo mucho que te odio. Aun así me gustaría que lo hicieras. Déjame claro de una vez que es lo que sientes por mí. Dime a la cara por fin que es lo que se te pasa por la cabeza cuando me ves. He dejado de creerme el cuento de que no existo más allá. Algo tiene que haber, algo que quizá no es lo que yo espero, o lo que yo quiero, pero lo hay. Destápalo, muestrámelo al fin. Habla claro de una vez o me iré sin dejarte decidir.
Te doy la oportunidad de elegir el final.

jueves, 4 de abril de 2013

Para el mundo.

¿Qué necesidad hay de ir tan deprisa? ¿Por qué se empeña la vida en seguir este ritmo? Para un momento, que se pare el mundo. No es para bajarme, no esta vez, sino para recomponerme. No es que me hayas roto y ande por ahí como una muñeca de trapo vieja y usada. No es que todo me dé vueltas como si viviera en un tiovivo. No es que esté cansada de la rutina o que el hacer-lo-mismo-de-siempre me esté ahogando. Solo es que necesito unos segundos de silencio, de vacío, de la nada. Tantos colores me aturden, me vuelven contra mí misma. Estoy aquí, pero realmente no sé dónde. ¿Me falta o me sobra espacio? ¿Te necesito o estoy mejor sin ti? ¿Hay luz o es la sombra lo que me asusta? ¿La gente me ve o sigo llevando mi capa de invisibilidad? ¿Echo de menos lo que tuve o he tomado el autobús al futuro? No lo sé, ¿vale? No lo sé. Son demasiados interrogantes hasta para ser omitidos. La parcela de mí dedicada a olvidar cosas está tan llena que varias de ellas se han salido del perímetro y el resto amenaza con terminar con los cimientos. ¿Y si todo lo que ha pasado hasta ahora estuviera mal? ¿Y si todo lo que he sido y soy está mal? ¿Y si estoy mal? Defectuosa desde la fábrica. Un juguete que sin saber ni cómo ni por qué, consiguió burlar todos los radares de control. Que valiente y atrevida podrían pensar unos; un desperdicio sobrevalorado llegarían a aventurar otros. Difícil es llegar a entrever esto en realidad. Todos los colores llegan a nublar la vista e impiden ver las raíces de la verdad. Preciso de un parón en el tiempo, un mundo en blanco y negro, que permita a mis sentidos comprender lo que ven ahora y actuar. Sin embargo, el mundo no se va a parar por ti, muñeca. Él no te va a tener en cuenta. Así que o espabilas o la vida te pasará por encima.

Creo que no tengo elección.

lunes, 1 de abril de 2013

SOS.

Necesito ayuda, pero la tuya no me vale(todavía). No se trata de que no confíe en ti. Sé que estás ahí para mí, pero no estoy preparada para decirte lo que pasa. Exige implicación, te va a afectar, y no me veo en posición de extender esto a alguien que no sea yo. Puede que sea un cliché, pero no eres tú, soy yo. Yo y mi personalidad. Yo y mi perfeccionismo. Yo y mi ansía de ser mejor. Yo y mi ansiedad. Yo y mi autoestima. Yo y mi manera de afrontar los problemas. Tú me conoces, y sé que no dirías que soy una persona introvertida. Vale que no me vaya mucho eso de coger un cartel que anuncie quien soy y que me pasa para pasearlo allí por donde vaya, mas eso no es introversión, es sentido común. Que todos conozcan al detalle cada parte de tu vida no es bueno. Sin embargo, tampoco lo es tragar tanto: al final te ahogas. Eso es lo que me ocurre. Me estoy ahogando entre tanta mierda, mi mierda. Puede sonar obsceno y poco apropiado, pero hay que decir las cosas como son y aceptarlas, es así. Crees conocerme, crees saber como funciono, piensas que soy totalmente transparente . Te equivocas. Quizás no en todo, pero en parte sí. Te faltan trozos de historia, que o bien no te he querido contar, o bien no te has esmerado en indagar. Ni yo me daba cuenta de todo lo que tragaba. No sabía la cantidad de cosas que había almacenado. Aún me parecerían chorradas si no fuera porque están afectando realmente a mi funcionamiento. La máquina podría seguir rodando a este ritmo, aunque no por mucho tiempo ¿Cuánto en realidad? ¿Años? ¿Meses? ¿Semanas? Nadie lo sabe. Ni los más versados en el tema. Solo hay una cosa clara: esto no va a durar para siempre, no puede hacerlo. No es manera de vivir. No se pueden hacer las cosas así. Te juro que desde dentro parece menos terrible. Te juro que no pensé que llegara a necesitar salir, pero... Tengo un problema. Tengo una etiqueta. Necesito ayuda, pero la tuya no me vale(todavía).
Solo... Abrázame.
Necesito salir. Sácame de aquí. No preguntes de dónde.

lunes, 25 de marzo de 2013

Vivir de sueños, soñar con vidas.

 Lo he vuelto hacer. He vuelto a tomarme el café de pie. He vuelto a prometerme no pensar en ti más. He vuelto a jurarme que mañana todo será distinto. He vuelto al vicio. He vuelto a soñar tonterías y me han pillado nuestras amigas las estrellas. Ellas lo saben. Lo oyen. Ellas me escuchan desde hace tiempo. Me han visto llorar-como tú-, y no me han intentado consolar. No pueden hacerlo. Ellas no. Pero ellas saben lo que pasa. Intentar llegar a ellas parece imposible a día de hoy. No puedo irme a su castillo de brillo. Es bonito, ¿no lo veis en lo alto? Llamando a cada uno de nosotros, a todas esas flores que sentimos que nos ahogamos. El aire está viciado últimamente, ya no sé dónde ir. ¿Dónde habrá un trocito de tierra real entre tanto asfalto artificial? Me dirijo a los rayos de sol, los busco como un niño hace con su madre. Espero que bajo su luz todo parezca menos gris. Espero que los corazones de la gente de mi alrededor se llenen de amor. Amor por la vida. Amor por ellos mismos, pero del sano. Nada de prepotentes que no se atreven a bajar de su pedestal. Ésos te miran por encima del hombro desde su altura privilegiada. Ellos no precisan de lo que a mí me falta. No necesitan que está nueva primavera llegue pisando fuerte. No piensan que sea importante que el agua y la luz lleguen a su vida. Sus nutrientes no son los míos. Sus alegrías no son las mías. Sus sueños no son los míos. ¿Qué sueñan entonces? ¿Cómo ven el mundo? ¿Cómo se siente todo desde allí arriba? ¿Se están ahogando como nosotros aquí abajo? Parece que no. Por como se ríen, ellos no ven las estrellas a pesar de estar tan cerca. Sin embargo, yo sí las veo, y ellas me ven. Me hablan, pero no puedo escucharlas. Veo la luz al final del túnel y no puedo llegar a ella. Se ve irreal. Lejana. Ni ella me saca de este mundo de asfalto y aire sin vida. Aunque no pierdo lo poco que me queda. Intento no perderme a mí misma, esa poca vida que aún siento que me queda. Está ahí, lo sé, ¿vosotras también verdad? Vosotras lo sabéis todo...
De sueños viven las flores.

domingo, 3 de marzo de 2013

Burnt.

Y luego...
Tú mismo lo dijiste, tú mismo lo dejaste claro con ese acto. Quizás lo segundo pese más que lo primero al final, pero el caso es que llevaré las dos cosas hasta las últimas consecuencias. No habrá puntos de inflexión. Ya va siendo hora de darse cuenta de que lo que se hace tiene consecuencias reales. Si somos una cosa, lo seremos en todos los ámbitos. Si me ignoras, no hablaremos. Antes pensaba que si hacía esto a lo mejor me estaba perdiendo algo; sin embargo, ¿qué me queda por perder? Lo di todo por todos. Ya no me queda casi nada que defender, y lo que me queda me vuelve egoísta y mezquina. Son cosas tan mías que nadie las comprendería. No son un tema del que me guste hablar, ni tan siquiera pensar en ello. Duele. Demasiado. Desde hace demasiado. A veces me planteo soltarlo sin más, pero es que todavía no me lo acabo de creer. ¿Es real? ¿Realmente esto es lo que soy? ¿Sigo siendo yo? Tengo mis dudad. Algo ha cambiado, y no siento que sea a mejor. No merezco la mitad de lo que he tenido, ni nada de lo que tengo. Aun así creo en la mejora, A pesar de haber cosas en las que no quiero avanzar. Lo siento. Por no ser lo suficientemente buena o fuerte. Por haberme dejado llevar por la situación. Porque ya no seas tú la persona a la que echaré de menos. Ahora me echo de menos a mí. A mí y a mi perfecta manera de hacer las cosas por los demás.

Escribo sobre lo que lees porque duele escarbar más hondo.

martes, 12 de febrero de 2013

Life.

¿Que qué tal estoy? ¿Cómo quieres que esté? Para un momento, ¿en realidad te importa? Sé que no, que en el fondo te puedo decir lo que quiera que te resbalará. Por eso te digo que bien, por no explicarte cómo me siento en realidad. Por no coger y ponerme a echarte en cara lo mal que me haces sentir. ¿Qué no debería depender tanto de ti? Tienes razón, pero que quieres que le haga si hoy he decidido que eres tú el único que en estos momentos me daría amor. No eres el principal, te lo aseguro; sin embargo, eres el que pensaba que tenía ahora. Me ilusiono al ver que te preocupas un poco por mí, pero son solo pequeños lapsos de tiempo que terminan y me dejan a mí preguntándome si me los habré inventado. ¿Qué tienen las demás para que los chicos quieran actuar por ellas? ¿Es problema de que el chico eres tú o resulta que la pieza que falla soy yo? Lamentablemente soy de ese tipo de chicas que siempre se inclina a pensar que la culpa es suya. Me frustro. Es indignante. Quizás mi madre tenga razón y yo solo sea la amiga. Aunque esto no me tranquiliza, me tensa aun más. Vivo en tensión permanente por si aparecéis uno de los dos. A pesar de todo no recibo respuesta. Uno pasa de mí y el otro parece siempre demasiado ocupado. ¿Qué clase de negocio he intentado hacer? ¿Que si estoy enfadada? Pues sí, pero no contigo, no voy a tirar de reproches. Es conmigo y con mi complejo de felpudo. Tengo la irritante manía de volver como si nada hubiera pasado. Tengo un master en olvidar faltas. ¿Y soy exigente? Cualquiera te hubiera pedido cien veces más que yo y no te hubiera dado ni la mitad. ¿Qué buscas exactamente? Dímelo, quizás lleguemos a un acuerdo, pero no me vengas diciendo que presioné demasiado: nunca fue así. No moveré un dedo más por ti.
Mírame aunque sea para mentirme una vez más.
Te importará lo mismo que yo: nada.

lunes, 11 de febrero de 2013

We used to.

This is not friends´ thing.
Realmente creo que te podría dar la mano cualquier otra sin que tú notaras la diferencia. No apreciarías el cambio en el tacto ni en la manera de cogerla. Pero ponte en mi lugar. Aparece en escena una chica guapa, atractiva, de esas que generan comentarios por la calle, y tú eres un chico que no confías demasiado en ti mismo. Resulta que ella se fija en ti y bailáis. Acabáis en beso, pero después de eso te vuelves invisible. No quiere nada. Está muy ocupada. Al cabo de unos meses vuelves a caer. Realmente no le quieres, pero...¡Joder, esta buena! ¿No? Lo que pasa es que poco a poco empiezas a profundizar en ella y descubres que te gustaría formar parte de esas historias que cuenta. De repente un día tu sueño se hace realidad, y ella decide que también lo quiere. Sin embargo, rápido se da cuenta de que sus cuentos no le quedan bien con un personaje como tú y te da de lado. Besa a otros, sale con otros. Tú lo ves. Te afecta. Pero aún así cada vez que viene donde ti, a escondidas y sin querer que nadie lo sepa, le recibes con los brazos abiertos como si de la hija pródiga se tratará. Cuando se cansa te deja de ver, incluso te trata mal, como si hubieras hecho algo para molestarle. Te jode. No puedes parar de pensar en ella. Ha sido la que te saco del cascarón, tu primera vez en muchas cosas. Ella no piensa lo mismo por lo que parece. Te utiliza; te dejas utilizar. Un día te hartas y pides explicaciones, ¿y que te dice? Que sois amigos. ¿Realmente crees que eso vale? ¿Después de todo es eso lo que soy? ¿No tengo ni un rango especial para ti? No acabo de creerte. ¿Puedes ser tan insensible? No estoy intentando que me digas nada nuevo. No volveré a arrastrarme por ver si cae alguna migaja de tu cariño. Las cosas que consiga por pena no las quiero. Creo que es hora de pasar, ¿no? Será lo mejor. Así que deja de volver. Deja de decir que lo que hacemos está bien, que es divertido. Asume las consecuencias de tus actos: yo. Comprende que no me crea lo de `solo amigos´. Tengo más de esos, y te aseguro que con ellos no me pasa nada de esto. Explícamelo, anda, ¿que concepto es el de verdad? Bueno, mejor déjalo. Tú y yo no somos solo amigos. No sé lo que somos, pero esa no es la palabra que nos define. Y si te pusieras en mi lugar lo entenderías...
- Realmente yo no lo entiendo así.
~ Tú nunca quisiste decir lo que sentías, así que yo llevo sin entenderte mucho más tiempo.

domingo, 10 de febrero de 2013

Ella y tu vida o tu vida sin Ella.

Relaja el ritmo durante unos segundos. Mira a la chica que está allí. Crees conocerla. Ella te ha escuchado contar tus cosas miles de veces y estará allí para hacerlo una vez más. Ella te ayudará en todo lo que le pidas. Ella te preguntará "¿cómo andas?" y le dará igual que tú no te intereses por cómo le va a ella. Ella te apoyará siempre y estará a tu lado siempre que tengas algún problema. Ella se aprenderá tus cien fallos y recordará tus mil virtudes. Ella no se desanimará nunca y te mirará con una sonrisa y sus ojos bien abiertos. Ella perdonará todas las veces que le decepciones. Ella te será leal cuando todos te fallen. Ella aceptará todo lo que le digas sin poner pega alguna. Ella te antepondrá a su orgullo y a muchas cosas más. Ella te defenderá si alguien llega a hablar mal de ti. Sin embargo, no creas que solo hará esto. Ella te criticará como la que más cada vez que tenga opción. Ella te odiará en momentos por ser un completo estúpido. Ella no entenderá lo que quieres. Ella te tratara mal, te gritará, se burlará de ti, te mandará a la mierda, te llamará pesado y te hará el vacío. Ella se reirá de ti a todas horas y no te dejará hablar muchas veces. ¿Y todo esto por qué? Porque ella está enamorada de ti. Ella te ha visto caer y también estuvo cuando te levantaste. Ella te ha besado, te ha abrazado, te ha acariciado. Ella te ha hecho sonreír muchas veces. Ella te ha querido, te ha odiado y ha vuelto a quererte una vez más. Ella dice que te ha olvidado, pero si miras sus ojos verás que sigues en el fondo de ella. Porque ella, digas lo que digas, siempre querrá que vuelvas. Puedes ir donde ella y decirle que te atreves a hacerlo una vez más o puedes seguir con tu vida rápida sin fijarte demasiado en ella. Decidas lo que decidas, hagas lo que hagas en este mismo instante, ella seguirá ahí parada por ti y lo sabe. Ahora tú también: puedes actuar. 
Ella y tu vida o tu vida sin ella.

sábado, 19 de enero de 2013

Stay Positive, Be Free.


Lenguaje positivo. La negatividad a la basura, que quita demasiadas sonrisas de la cara, ¿no creéis? Es difícil, lo sé, pero merece la pena. Poder caminar con la cabeza alta, sabiendo que hablan de ti, pero decidiendo pasar. Tú puedes elegir lo que te afecta en muchas ocasiones, y como quieres que las cosas lleguen a los demás. Con un poco de práctica todo se consigue. Se trata de día a día hacer "ejercicios" que te permitan desarrollar está cualidad. Igual que estudias matemáticas puedes estudiar la positividad. 

Aunque deberíamos aclarar el término, creo yo, para que la confusión no pueble nuestra mente. Para mí, la positividad consiste en una actitud, y esta actitud debe impregnarlo todo, desde nuestra forma de expresarnos hasta nuestra ropa. Quizás la expresión es de las cosas más importantes. Nuestra forma de hablar o escribir, dice mucho de nosotros. Hay gente que puede conocer millones de cosas sobre nosotros simplemente viendo algo que nosotros hayamos escrito. Inconscientemente damos información sobre nosotros. Creemos que las palabras con las que digamos algo no influyen en cambiar el significado de lo que decimos, ¿al final todo es lo mismo, no? Sin embargo sí importa: no es lo mismo decir queja, que sugerencia de mejora; hacer el amor, que follar; homosexual, que marica; y así una larga lista de pequeñas palabras que usamos simplemente porque es lo que oímos, no pensamos en lo que viene detrás, eso que esas formas de hablar dicen de nosotros y a qué nos predisponen.

Aunque os preguntaréis a qué viene todo esto de la positividad y por qué quiero aplicarlo yo a mi día a día. Pues no sé a qué viene pero sí puedo deciros porque quiero llevarlo acabo: cambiar. Quiero cambiar, no porque no me guste a mí misma, sino porque creo que puedo hacerlo mejor. Creo que a partir de la positividad conseguiré realmente lo que yo quiero en esta vida. No es una meta en realidad, es el camino hacia algo que yo creo que es grande, y sé que no es el único pero es el que yo quiero seguir. 

Todo esto lo resumo yo en una palabra: Imagine. Desde esa palabra quiero observar mi vida. Tiene que ver con la famosa canción de John Lennon, pero va más allá. La canción habla de imaginarse un mundo en el que allá paz y se pueda vivir todos juntos, secundo esa idea, pero no me voy a quedar en la imaginación. Voy a salir a la calle y cambiar las cosas, porque si no las cambio yo, ¿quién lo hará exactamente como yo creo que es mejor? Nadie. Por eso yo he decidido esto. Por eso yo soy positiva.
Y hago lo que sueño.


miércoles, 9 de enero de 2013

Just Pretending I´m Fine.

¿Por qué tiene que ser todo tan perfecto junto a ti? No puedo ser de piedra si luchas por llegar al fondo. Déjame comprender tus motivos. Déjame asomarme a tus pensamientos y conocer las causas de que un día parezca que darías la vuelta al mundo por mí, y al siguiente me tires a la cuneta. Se me hace difícil concentrarme en algo si tú no haces más que distraerme. ¿Cómo se supone que voy a mantener una coraza si no puedo evitar sonreír al verte? Simplemente podrías ignorarme. Si realmente no te importo, hazlo; no pierdes nada. Pero si de verdad te doy igual no sigas viniendo como si contara para algo en tu vida. Me lías. Estoy confundida. Pensé que mi vida no podía ser más extraña. Sin embargo, llegaste tú y decidiste que los cuadros quedaban mejor torcidos. Preferías los sillones en el techo y las lámparas en el suelo. No quieres ponérmelo fácil, y, aunque reconozco que me gustan los retos, esto empieza a sobrepasar el límite. No sé si te quiero o si te odio. No acabo de captar si te resulto adorable o una pesada. No tengo cogidos los tiempos en los que debo hablarte, ni los que tengo asignados para ignorarte. ¿Espero algo más? Ni eso lo sé. Me he leído tu trayectoria y no es exactamente alentadora. Tengo muchos boletos para acabar odiándome a mí misma otra vez, pero eso parece no importarme si me quedas tú. Puedo pasar la vida sin ti, aunque estoy mejor contigo definitivamente. Sueño con que me hagas más caso, pero es simplemente que quiero saber lo que se siente. Estoy enamorada. No de ti, sino de la idea del amor. Sé que no es siempre precioso, pero tengo comprobado que merece la pena. 
Just... Waiting.
Quiero levantarme mañana y que por una vez las cosas vayan como yo quiero. Quiero que vuelvas. Quiero que me quieras. Quiero ser tu perfección. Quiero que comprendas que mi sitio es el punto justo en el que acaba tu cuerpo. Quiero ser egoísta hasta la médula. Simplemente tengo ganas de librarme de todo y hacer de una vez lo que realmente me apetece hacer. Besarte. Abrazarte. Acariciarte. Escucharte. Picarte. Sonreírte y hacerte sonreír. Conocerte. Amarte. Corregirte. Aguantarte. Marearte. Abrumarte. Lo que sea, pero contigo. Hacerte saber que a mí sí me importas, que yo no soy capaz de ignorarte. Puede que sea porque soy demasiado buena, o porque no olvido que al final del día seguimos siendo personas de carne y hueso. Porque necesito ver en tu cara que quieres algo a lo que aferrarte y oír en tu voz el deseo de algo más grande. 
Juntos. O nada.
Trascender en el tiempo. Dejar tu huella en algo y en alguien. Ser lo inolvidable del mundo.
 Juntos.