jueves, 30 de mayo de 2013

Bienvenidas.

¿Por qué esta sensación? ¿Por qué este ahogarme en una vida maravillosa? ¿Por qué no puedo ser tan fuerte yo como digo que deben serlo los demás? Ya es mucho tiempo sin escribir, ya es mucho tiempo en el que he creído que con hablar valía. Al final la verdad asoma su sucia cabeza: a mí no me vale con hablar. Las palabras fluyen mucho mejor si salen de mis manos. Salen sin esfuerzo, salen como si siempre hubiesen estado dispuestas. Dispuestas como yo a hacer bien, a calmar los nervios y  tranquilizar la mente de alguien. Ellas permiten analizarlo todo con perspectiva. Permiten tachar. Remarcar. Hacer bonito. Permiten hacer todo eso que la vida no me deja. Todas esas cosas que yo podría crear a partir de la vida de momento solo quedan bien sobre el papel. Las letras embellecen mi mundo. Las letras son algo que siempre nos rodea. Nos rodean cuando  pensamos en la persona amada, cuando reímos con un amigo, cuando tratamos de tomar las decisiones correctas. Están ahí en cada momento del día. Y yo hacia demasiado que no echaba mano de ellas. Hacia demasiado que no me sentaba en serio a valorarlas, a mimarlas, a darles realmente la forma que yo quiero que tengan. Pueden decir lo que quieran, pero creo que la palabra hablada esta sobrevalorada. Es más difícil romper promesas escritas que habladas, porque las primeras siempre quedarán ahí. Ninguna palabra sobre el papel me ha traicionado. Ninguna de ellas ha decidido un día que ya no me quería y se ha largado. Ninguna ha luchado por quedarse cuando debía marcharse. Ninguna ha podido ser malinterpretada sin que yo lo quisiera. Ninguna se ha quedado a medias al decir lo que se cuece en el interior. Cuando eres como yo las palabras son algo imprescindible, porque da igual cuanto cuentes con tu boca que tus manos siempre tendrán mil cosas mas que contar. Ellas siempre sabrán sacarte lo que nadie más pueda. Ellas serán las que te hagan llorar para desahogarte. Ellas serán las que te recuerden realmente como viviste cada momento. Porque llevaba mucho sin usarlas y las echaba de menos.

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