domingo, 25 de agosto de 2013

Rota.

Date la vuelta. ¿La ves? Está ahí, mirándote pero sin verte. Rehuyendo tu mirada como si estuviera desnuda y le diera pudor. Puedes acercarte, puedes hablar con ella, puedes preguntarle cómo está. ¿Te imaginas su respuesta? Estoy bien, ¿y tú? Y con esas palabras te servirá la sonrisa más bonita que hayas visto nunca. Te quedarás con ella. Te hipnotizará con su bella curva. Ella te hará creerte todas y cada una de las mentiras que salgan de entre sus carnosos labios. Todos las creerán. Todos menos ella. Ella ya no se lo cree. Ella no ve lo que tu ves porque ella sabe toda la verdad, esa que duele, que le duele de verdad. Lleva ahí un tiempo y lo cierto es que se ha convertido en su bienestar. Ya no conoce otro estado. Ya no sabe de otra sonrisa. Y es que el secreto reside allí: en su boca. Con ella habla. Con ella susurra. Con ella seduce. Con ella besa. Con ella sonríe. Sin embargo, hace tiempo que no hace nada de verdad. Flota en el mundo. Tú la ves ahí en su esquina, y te da miedo que eche a volar. Hay algo en ella que te desconcierta. Por eso no te acercas en realidad. Por eso solo la miras desde lejos y sueñas con tenerla a milímetros. Es su sonrisa. No está bien: parece rota. Toda ella parece rota. Una muñeca bella, etérea, pero rota. No lo puede ocultar ya más. Sin embargo, no la puedes recomponer. No todavía. Déjale. Deja que ella decida quién será el que la ponga en su sitio. Deja que la sonrisa encante a la persona indicada. No busques comprenderle. No juegues a arreglarla. No vas a saber. Pasa de largo sin mirarla.
¿Sonríe? Miente.
Tú la ves, pero ella no quiere que lo hagas.

1 comentario:

Yoana dijo...

Es preciosa la entrada, cuánta razón tienes. Cuántas cosas se ocultan detrás de un Estoy bien.. Me gustaría que te pasases por mi blog, soy nueva y apenas tengo seguidores. Un beso y gracias.
http://blog-cosas-de-chicas.blogspot.com