Brindemos, aquí y ahora, hagámoslo por todas esas experiencias que nos dio por vivir de la mano, a ti y a mí, a las dos. Por las noches hablando mientras todos los demás dormían, las noches de sacarse fotos aunque yo las deteste. Por todas las noches que hemos vivido brindemos. Serán las que recordaremos, ¿acaso tendremos memoria para las que pasamos dentro del saco dormidas? No, para esas no habrá gloria ni recuerdos, se escaparon sin avisar. Brindemos por las mañanas, los despertares juntas. Las legañas en nuestros ojos se merecen que bebamos por ellas. Brindemos con leche en polvo y colacao disueltos en agua de fuente. Las galletas para picar que no falten, pero tu cómete las mías, que a mí no me gustan. Las mañanas andando vienen ahora a mi recuerdo, ¿por qué no brindar también por ellas? Sé el cansancio que producen y los gritos que nos hacen dar, pero yo te doy la mano una vez más. Llevaré tu mochila si no puedes, cargaré contigo si es preciso, ¿a cambio? Una sonrisa y mil risas después y siempre. Brindemos por las canciones que hemos escuchado, y las que nos quedan por cantar. Juntemos nuestros vasos para celebrar que somo capaces de hacer pitar los oídos a alguien y de llorar solo por un ojo. Brindemos por todo lo vivido, por lo que vivimos con ilusión y lo que tenemos el deseo de vivir. Brindemos porque siempre haya un pañuelo al cuello y una mochila a la espalda.
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