La vida no se compra. La vida no vale solo un puñado de esa cosa miserable llamada dinero. No puedes ir a una tienda de la calle y comprarla. La vida es algo más. No viene con manual de instrucciones. No es como un electrodoméstico que puedes consultar que le pasa en un librito. No, en la vida no tienes servicio técnico al que ir si algo va mal. Tampoco tiene garantía. Nadie te garantiza la felicidad, ni la buena vida, ni que vaya a ser fácil vivirla. No, definitivamente la vida no se compra, ni tiene un manual de instrucciones y mucho menos garantía, pero quizá por eso es tan especial.
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