Te conozco y me encanta decir que lo hago. Me sé tus manías, tus gustos, tus rarezas, tus sueños, tus amores, me sé muchas cosas, tantas que si me hicieran un examen de ti seguro que sacaría un diez y sino seguro que me acercaría mucho. Hemos pasado por mucho, hemos vivido sonrisas deslumbrantes, de esas que solo tu y yo tenemos, en días luminosos, pero también hemos tenido lágrimas y gritos en días oscuros. Creo que han sido menos los segundos que los primeros. A lo mejor me equivoque, porque si tengo que decir la verdad, y a ti siempre te la diré, lo prometo, no llevo la cuenta de los días oscuros. No me gusta recordarte en los malos momentos. Yo siempre te llevaré en mi mente, entre los recuerdos, y en mi corazón, junto a todas esas personas que en un momento quise. Así que como voy a tener que cargar contigo todo el camino quiero recordarte en los momentos buenos. Así si algún día tú te vas y yo me quedo, o al revés, siempre tendré en mi memoria tu risa, tu manera de fruncir el ceño cuando te hago una broma, tus besos, tus abrazos, tus historias interminables y nuestras bromas de todo. Te llevaré siempre lo prometo y no me hará falta recordarte porque jamás me olvidaré de todo lo que hemos vivido. Porque yo para las cosas que quiero tengo mucha memoria y a ti te quiero como de aquí a júpiter pasando por marte a comer un tentempié.
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