miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Probamos a Darnos la Mano?

Medianoche en la ciudad. Un joven más se mete a un bar. La ve. Llora en la barra frente a un vaso. Sabía que estaría allí. Siempre lo estaba cuando se encontraba triste. Eso le dijo hacía unos días, justo cuando se conocieron.

- No te preocupes-dice mientras toma asiento-. Todo tiene solución.

- No mientas-responde ella superando la fuerza de los sollozos-. No todo se arregla, para todo no hay una solución. Cuando era pequeña se murió mi tortuga y por mucho que lloré y pensé en algo que pudiera hacer para que volviera no encontré nada, no había solución. Me hice un poco más mayor y mi padre se fue de casa. Me esforcé por hacer que no se fuera y cuando desapareció sin decir a donde iba yo busqué respuestas preguntando a todo el mundo que le conocía. No le encontré y mi familia no se arregló. Llegué a la adolescencia y lloré tras perder una amor. No hubo solución tampoco, mi corazón sigue teniendo una herida sangrante. Ha habido mil ocasiones de esas ya en mi vida, corta en comparación con la del ser humano, y en todas ellas alguien me decía eso que tú me acabas de decir. No me mintáis, anda, no todo lo que se estropea se puede arreglar y lo sabes.

- Que filosófica te pones cuando el vodka te acompaña-dice él con una sonrisa-. Siempre lo has intentado sola, ¿quieres probar si funciona conmigo de la mano?


Ella le mira, ¿de dónde ha salido? Porque ha llegado en el momento justo para ella, justo cuando había conseguido convencerse de que a lo mejor necesitaba un amigo. 

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