martes, 13 de marzo de 2012

Le Traicioné: Me Llamaba Tu Piel.

Me sigue llamando tu piel.

Despídete de mi corazón esta noche. Los dos sabemos lo que va a pasar y yo prefiero, antes de nada, que él no lo vea. Que se vaya lejos por hoy para que no se haga daño al chocar con tu cuerpo en ebullición. Notar que le traiciono por dejarme llevar por lo de debajo de tu ombligo supongo que sería algo demasiado fuerte para soportarlo. Las traiciones duelen, y sobre todo al corazón que tiende a sufrir más de la cuenta por cosas generales pero entrando en temas concretos. Y es que mi músculo late con fuerza, pero también se ablanda cuando oye a la gente hablar.  Porque es fuerte (mucho) y a la vez débil, y como no quiero que esto sea lo que le haga explotar hasta sentir que mi pecho no es su sitio, dile adiós y olvídate de volverlo a ver. Se quedará lejos mientras tú estés cerca, sois dos cosas incompatibles, como el aceite y el agua; así que jamás podréis convivir los dos en mi cuerpo.

Hazlo antes de que me arrepienta.
Y mientras él esté lejos, tú estarás cerca, y podremos jugar a la noche de nunca acabar.

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PD: Llevaba tiempo sin publicar, me había ido a Cambiar el Mundo, ya estoy de vuelta.

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