Solo me quedé allí por si venías, por si las moscas que se suele decir. Espere a que me devolvieras el zapato que se me había caído la última vez que estuve a menos de dos centímetros de ti. Y apareciste, para volver a llenar mi cara del color que había perdido. Le cogí cariño en cuanto apareció y sentí que se quedaría mucho tiempo, pero se mudo enseguida. Fue a aparcarse en la cara de la chica que te cogía la mano. Desvié la vista al suelo, para que no notarás mi presencia, y vi el zapato que debías devolverme aquel día. Lo llevaba ella. Le encajaba a la perfección, mejor que a mí. Su pie te había engañado y te olvidaste de mí en junio, aunque decías que todavía me recordabas en agosto. Me demostraste que nuestra noche de bailes no importaba, que solo era un juego en el que yo había recibido el game over con un simple gracias por jugar. No me pareció justo, no me parece adecuado, ni me parecerá elegante. Sin embargo, sigo queriendo que vuelvas con ese zapato con el que han bailado tantas otras después de mí. Puede que este roto por los borde y estropeado por la lluvia, pero yo sigo queriendo ponérmelo como antes lo hice y bailar contigo en esa noche que no tuvo porque acabar. Quiero poder quererte de nuevo y que tú vuelvas a hacer como si me quisieras. Perderme el respeto no me parece tan malo si el que me arranca el caparazón eres tú. Perdonaría todas las lágrimas salidas del ojo derecho y les daría otra oportunidad a las del izquierdo. Pero ellos no me dejan, no quieren. Entiéndelo. No puedo estar siempre ahí por si quieres volver. No me culpes si algún día no estoy justo detrás de ti. Solo tendrás que buscarme un poco más, no estaré lejos, cumplo mis promesas. Aunque tampoco esperes que si me encuentras mi pie estará vació, puedo pasar página, no te debo pedir permiso, ¿no crees?
|
Las cenicientas modernas no existen. |
Maldito tramposo, siempre me dejas con ganas de más.
1 comentario:
Hola!!
Tu blog: increíble jaja, mucho sentimiento ;)
besos!
Publicar un comentario