Vuelve. Ahora, justo en este momento. Se te olvido algo. Se te olvido quererme. Al final de todo resulta que el único fallo fue ese: quererme. ¿No te apetece cambiarlo? Subirme contigo a tu azotea y demostrarme por una vez en tu vida que de verdad vas a estar. Un hola, ¿como te va?, seguido por un bien, estuve esperándote. Porque si quiero que lo hagas bien debo serte sincera. Te eché de menos. Mucho. Muchísimo. Hubo días en los que decidí tirarlo todo por la borda y otros en los que directamente lo hice. Fallé en todos. Nada funcionó para que tú cayeras en la cuenta de que esperaba. O si lo hiciste pero preferiste pasar. Hoy te lo estoy pidiendo claramente. Me situo delante de ti y te pido que termines lo que empezaste. Que no es justo que de repente te marcharas sin dejar ninguna explicación. No te la pedí entonces y no lo haré ahora. No quiero que rindamos cuentas de lo que cada uno hizo mal. Solo busco un poco de calor para este invierno que se acerca. Este año me resisto a creer que esta estación será la que lo joda todo. Este invierno sera mi invierno, nuestro invierno. ¿Te queda claro?
Sin embargo, todo esto solo lo pienso. Solo soy una mas. Solo dejé de creer en todo. Solo soy una niña asustada. Solo soy como el día lluvioso en el que te quedas en casa y te dedicas a mirar por la ventana. Solo una cafetería solitaria que espera su único cliente fijo. Ese que por muy malo que sea el café siempre vuelve a por más. Bien sea porque en realidad le gusta, bien porque sea el único abierto en varios kilómetros a la redonda. Me decanto más por la segunda opción. Es más probable y ya no sirve de nada ocultar la verdad: fui una muesca más en tu pared. Como el preso cuenta sus días, tú cuentas tus conquistas. Me sumaste a la lista y pasaste a la siguiente. Como quien enciende un cigarro con la colilla del anterior.
I miss you. |
Este no será nuestro invierno, y el siguiente seguro que tampoco.
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