Entraste en mi vida sin llamar al pasar. Sin preocuparte por lo que yo pudiera opinar. Inundaste mis silencios. Mojaste mis ojos. Robaste mi sonrisa. Saqueaste mis risas. Abordaste mi Felicidad. Luchaste contra ella. Ganaste. Te instalaste en mi. Adentro de todo lo que antes era luz. Cambiaste la luz. La llenaste de sombras, de angustias. Un día te fuiste. Pero no volvió nada de lo que antes estaba. Habías calado hondo. Todo tu rastro permaneció allí. Basta que mire en el espejo. Que contemple la llorosa chica que se refleja para saber que viniste, robaste y te fuiste. Como una Sucia Ladrona. Porque eso es lo que es la Tristeza, una Sucia Ladrona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario