viernes, 8 de junio de 2012

Amame Mejor.

¿Quién fue el mejor amante? No sabría decirte, cada uno tenía sus cosas. El primero fue el primer amor de verdad, o lo más parecido que he tenido nunca. Fui incapaz de verle fallos hasta mucho tiempo después. Luego estuvo el otro que me hacía sonreír pasará lo que pasará. "- Ríete; + Qué no; -Hazlo". Siempre el mismo ritual con el mismo resultado: yo sonreía y él empezaba a reír. Pasé mucho tiempo sin ver a este, pero creo que me gustaría volvérmelo a encontrar. Creo recordar que hubo uno en el que me gustaba recaer. Volver una y otra vez para no estar sola nunca más. También debo nombrarle a Él, todavía vivo en el proceso de olvidarme de todas sus cosas buenas. Sigo preguntándome si le molestó que besará al siguiente y al siguiente. Fueron buenos pasatiempos aquellos dos, quizá repetiría. Por último, ahora he encontrado a otro. No es amor ni creo que pueda llegar a serlo. Sin embargo, me encanta como me mira, como me besa y como me muerde el labio como si lo quisiera todo para él. Todos tuvieron cosas buenas y de algunos todavía no he logrado olvidarme, aunque de otros ni siquiera consigo acordarme de lo que me dieron. Cada vez más siento que todos ellos no me han llevado a nada, que sigo estancada en el mismo punto desde hace mucho tiempo.

Que alguien me saque de aquí.

jueves, 7 de junio de 2012

Exageras, No Hace Falta Que Huyas.

No soy tan complicada como parezco. Me gusta cocinar, aunque solo magdalenas, leer, el color... no sé, cualquiera; y las cosas bien hechas. Sonrío al ver las cosas ordenadas, pero nunca sería capaz de ordenarlas. La ropa me gusta, aunque a ti te la quitaría entera; no siempre, quizá nunca, bueno, depende de como tenga el día. No me molan nada las perdidas de tiempo ni las promesas incumplidas, si no puedes hacerlo no digas que lo harás. No busco nada en especial, solo mejorar. Odio que crean saber lo que pasó entre él y yo, nadie lo sabe, solo yo. Él no cuenta, no se le da bien recordar. Si te mereces te enterarás, sino jamás te contaré nada. Amiga de mis amigos y de todos en general. ¿Mi pasatiempo favorito? Jugar a ser feliz y también serlo, por qué no. Defectos tengo muchos: memoria inexistente, poca paciencia, nervios a flor de piel, mala leche,... la lista sería infinita, pero os prometo que intento mejorar. Hacerme llorar es difícil, pero no tientes a la suerte. Sin embargo, hacerme reír es muy fácil, simplemente pídeme que sonría (loechodemenos). Soy buena con todos, aunque contigo puedo volverme la peor. Nunca grito, solo es que mi tono de voz es fuerte. Tampoco te dejaría jamás tirado, supongo que puedes volver. ¿Tampoco es tan difícil de entender, no?


miércoles, 6 de junio de 2012

A la Mierda Primavera.

Que lo nuestro se parece cada vez más a un puto dibujo animado.
Pongamos unos límites. Redactemos unas normas que regulen este juego al que nos hemos aficionado. Seamos ordenados, numerémolas. primero el uno, luego el dos, y a continuación el tres. No es tan difícil, ¿no? En primer lugar, queda prohibido hablar. Las palabras ya nos hicieron mucho daño, a ti, a mí y a nuestra extraña relación. A esta norma yo le añadiré una subsección, y es que hay dos palabras que jamás deberán ser pronunciadas una detrás de la otra. Sabes perfectamente de cuales hablo. Jamás me las creeré, por lo menos hasta que tenga ochenta años y ya no me quede más remedio que hacerlo. La segunda sé que te gustará. Es obligatorio intentar que el otro te lo confiese todo a besos. Buscar los secretos con la boca y las manos. La número tres prohibe totalmente las cosquillas. Pero está tiene excepciones: yo puedo hacértelas pero tú a mí no. La vida nunca fue justa, yo lo sé mejor que nadie. La cuarta es la discreción y después de está viene la quinta que reza así: cada uno se quedará todo lo que dure el otro. Ni más, porque seguramente sufriría, ni menos, porque no sería juego limpio. Con el número seis tenemos la regla de la ropa, que si a uno le sobra al otro también. Y en el siguiente número... ¿es el siete verdad? Sí, el número mágico. El número que prohibe que tú te enamores de mí y yo de ti, mas que nada porque ya se está acabando la primavera y no es tiempo de chorradas.
Norma 10: no hay normas.
¿La regla no escrita? Vale incumplir todas las normas.

martes, 5 de junio de 2012

¿Sigues Creyendo en las Hadas?

Siempre la opción. ¿Qué había hecho ella para merecer aquello? La noche anterior él la llamaba, le decía que era lo único que le importaba. Estúpido él y estúpida ella. Tan bonito sonaba todo. Hasta su cabeza, siempre en las nubes, parecía saber que ocurría algo. La torpe inteligencia había despertado, pero no sirvió de nada. Se dio cuenta demasiado tarde de que nada de eso era un cuento de hadas. Él le podría escribir mil veces te quiero, morderle el cuello, empujarla a la cama o acariciarla hasta que caía dormida en su pecho, pero a la vez escribía, mordía, empujaba y acariciaba a otra. Y hoy a ella ya no la llama. ¿Qué coño hizo mal? ¿Qué es lo que la otra hizo bien? Repasaba una y otra vez la noche anterior.¨Él la había llamado, como acostumbraba a hacer, habían hablado, un rato perfecto. La conversación había derivado, acabaron hablando de sentimientos. A él todo le salía muy fácil, pero ella no sabía decirlos de verdad. Cuando todo era menos íntimo resultaba sencillo, sonaba a broma. Aquel beso fue el que lo fastidió todo. No había sido la noche anterior, ni la anterior, fue hace tiempo. El primero, ¿o fue el segundo? No lo tiene claro, pero ella lo recuerda como el que fue antes que todos los demás. Ahí la cagó, en el mismo principio. Parece mentira que lo que empezó de esa manera tan cariñosa deba acabar de esta tan dolorosa.
Su historia no fue un cuento de hadas. Ninguno fue buscándolo.

lunes, 4 de junio de 2012

Temblando de Frío.

Está bien aparentar ser fría, pero da miedo serlo de verdad. Ni sientes ni padeces. Da igual lo que pase, tú te comportas igual si él te besa a ti y solo a ti, que si se va corriendo a los brazos de otra. No lloras. No sufres. No se te parte el corazón. No te importa nada. Ella llora por saber que hay otra y a ti te la suda. Él no es el indicado. Simplemente apareció de repente, en el momento adecuado. No hicieron falta palabras, ¿para qué hablar si nadie quiere rendir cuentas después? Las promesas habría que cumplirlas y los te quiero habría que demostrarlos. No merece la pena nada de eso. Ninguno de los dos es exactamente lo que quiere el otro. No es bueno tener corazón. Olvidas aprender donde ponerlo y donde no. Acabas sufriendo por chorradas que poco importan, culpando a gente que no tiene la culpa y pensando cosas que no merecen quitarte el poco tiempo que tienes. ¿No crees que es un buen consejo? No llores por alguien que te trata como lo hace él. Amas su voz, pero es ella la que te dice todas esas cosas que estarían mejor sin decir. Él fue tuyo, lo sabes, y la cagaste, de eso también eres consciente. Después él no se porto como debería. Gracias, ahora sé lo que puedo esperar que me dé y lo que no. Ni más de lo necesario, ni menos de lo indispensable. Es fácil hacerlo así, fría. Sin sentir nada de nada, pero con miedo a que algo se haya estropeado en tu interior.
Escuece por dentro mientras el hielo quema.
No duele que te fueras con ella, duele ver que no me importa.