Esto se hace así. Esto otro debes mirarlo de esta forma. Aquello de allí debes juzgarlo de esta manera. Cuando oigas algo, tú hazle caso, no lo cuestiones. Sigue las líneas; respeta los semáforos. Quiere a los que los demás piensen que están a tu altura, y desprecia a todos aquellos que no son tú o que no te sirven para llegar más alto. Olvida lo que quieres o te apetece y cíñete al plan establecido para ti. Teme todo aquello que puedan pensar de ti. Vive con la sensación de estar vigilado. Creete que ellos hablan de ti cuando pasas y actúa en consecuencia. Si todos esos extraños piensan que eres de tal manera es porque lo eres, ¿no es así? Pues no. Todo esto es horrible. ¿Te has dado cuenta de a dónde nos han llevado todos estos años? Vendiendo nuestra vida en escaparates para que los demás entren dentro a comprarla. Todo por vivir aquí y no diez centímetros más abajo. Cada uno entra en un perfil, y si no encajas en ninguno desconciertas y eres un raro. Demasiado tal para ser esto, y demasiado pascual para ser de eso otro. Eres un cruce sin señalizar para todos aquellos acostumbrados a seguir siempre la misma línea recta sin rechistar. Jode que no todo sea como tú piensas, ¿eh? Al final siempre se odia al que hace lo que nosotros no somos capaces de hacer. Sin embargo, nadie te lo dirá. Todo serán secretos y rumores. Nada se dirá a la cara. Cuesta demasiado, hay que hacer el esfuerzo de salir de uno mismo. A veces hasta debes acercarte a esos parias que un día se saltaron ese semáforo que tú respetas religiosamente. Mejor callar. Mejor seguir tu camino sin pensar mucho en que en realidad es el suyo. Te vino dado. Tanto hablarte de libertad para luego tenerte bien controlado. Todos andando en una dirección y tú luchando por correr en la contraria. Así es imposible. Normal que duela. Normal que agobie. Normal que te canses. Normal que sigas la dirección.
Siempre quedará construir otra carretera.
Bah, demasiado fácil. Me quedo con ésta.