lunes, 7 de marzo de 2011

Querido Príncipe de Ilusiones.

Querido Príncipe de Ilusiones:

Te escribo esta carta como Despedida. Como definitiva Despedida. Ya no volveré. Puedes seguir tu camino, que yo no te buscare. Ya no. No volveré a tu palacio. Ni siquiera me acercare. Porque me di cuenta de que no era lo que parecía.

 Parecía que todo aquello era mio. Pero cada vez que me daba la vuelta llegaba otra Princesa. Hacías creer a todo el mundo que me querías. Pero jamás lo hiciste. Yo te lo daba todo. Tu me lo dabas todo a medias. Me creaste un millón de fantasías. Me hiciste creer que vivía en el mundo de las baldosas amarillas. Y yo iba por ellas. Sin darme cuenta de que no eran amarillas. Simplemente las habían pintado. Las habías pintado Tú para que yo no me marchará. Pero ya se acabó. No soy un segundo plato. No soy algo que puedas utilizar. No soy un juguete. Quizás si me alejo encuentre alguien que no solo me ilusione, sino que me quiera. Alguien que me ame de verdad. Alguien que quiera estar conmigo.

 Me harte de tus cuentos. No soy una niña a la que puedas engañar.  Mentiría al decir que deseo que te vaya bien. Porque no lo hago. Lo único que deseo es que encuentres a una Princesa de Ilusiones como Tú. Alguien que te devuelva todo lo que me hiciste a mi.

Cuando recibas esto yo estaré ya lejos de ti. Olvidame.

Atentamente, Nunca Tuya.



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