lunes, 25 de marzo de 2013

Vivir de sueños, soñar con vidas.

 Lo he vuelto hacer. He vuelto a tomarme el café de pie. He vuelto a prometerme no pensar en ti más. He vuelto a jurarme que mañana todo será distinto. He vuelto al vicio. He vuelto a soñar tonterías y me han pillado nuestras amigas las estrellas. Ellas lo saben. Lo oyen. Ellas me escuchan desde hace tiempo. Me han visto llorar-como tú-, y no me han intentado consolar. No pueden hacerlo. Ellas no. Pero ellas saben lo que pasa. Intentar llegar a ellas parece imposible a día de hoy. No puedo irme a su castillo de brillo. Es bonito, ¿no lo veis en lo alto? Llamando a cada uno de nosotros, a todas esas flores que sentimos que nos ahogamos. El aire está viciado últimamente, ya no sé dónde ir. ¿Dónde habrá un trocito de tierra real entre tanto asfalto artificial? Me dirijo a los rayos de sol, los busco como un niño hace con su madre. Espero que bajo su luz todo parezca menos gris. Espero que los corazones de la gente de mi alrededor se llenen de amor. Amor por la vida. Amor por ellos mismos, pero del sano. Nada de prepotentes que no se atreven a bajar de su pedestal. Ésos te miran por encima del hombro desde su altura privilegiada. Ellos no precisan de lo que a mí me falta. No necesitan que está nueva primavera llegue pisando fuerte. No piensan que sea importante que el agua y la luz lleguen a su vida. Sus nutrientes no son los míos. Sus alegrías no son las mías. Sus sueños no son los míos. ¿Qué sueñan entonces? ¿Cómo ven el mundo? ¿Cómo se siente todo desde allí arriba? ¿Se están ahogando como nosotros aquí abajo? Parece que no. Por como se ríen, ellos no ven las estrellas a pesar de estar tan cerca. Sin embargo, yo sí las veo, y ellas me ven. Me hablan, pero no puedo escucharlas. Veo la luz al final del túnel y no puedo llegar a ella. Se ve irreal. Lejana. Ni ella me saca de este mundo de asfalto y aire sin vida. Aunque no pierdo lo poco que me queda. Intento no perderme a mí misma, esa poca vida que aún siento que me queda. Está ahí, lo sé, ¿vosotras también verdad? Vosotras lo sabéis todo...
De sueños viven las flores.

domingo, 3 de marzo de 2013

Burnt.

Y luego...
Tú mismo lo dijiste, tú mismo lo dejaste claro con ese acto. Quizás lo segundo pese más que lo primero al final, pero el caso es que llevaré las dos cosas hasta las últimas consecuencias. No habrá puntos de inflexión. Ya va siendo hora de darse cuenta de que lo que se hace tiene consecuencias reales. Si somos una cosa, lo seremos en todos los ámbitos. Si me ignoras, no hablaremos. Antes pensaba que si hacía esto a lo mejor me estaba perdiendo algo; sin embargo, ¿qué me queda por perder? Lo di todo por todos. Ya no me queda casi nada que defender, y lo que me queda me vuelve egoísta y mezquina. Son cosas tan mías que nadie las comprendería. No son un tema del que me guste hablar, ni tan siquiera pensar en ello. Duele. Demasiado. Desde hace demasiado. A veces me planteo soltarlo sin más, pero es que todavía no me lo acabo de creer. ¿Es real? ¿Realmente esto es lo que soy? ¿Sigo siendo yo? Tengo mis dudad. Algo ha cambiado, y no siento que sea a mejor. No merezco la mitad de lo que he tenido, ni nada de lo que tengo. Aun así creo en la mejora, A pesar de haber cosas en las que no quiero avanzar. Lo siento. Por no ser lo suficientemente buena o fuerte. Por haberme dejado llevar por la situación. Porque ya no seas tú la persona a la que echaré de menos. Ahora me echo de menos a mí. A mí y a mi perfecta manera de hacer las cosas por los demás.

Escribo sobre lo que lees porque duele escarbar más hondo.